En la primavera del año 2007, una vez publicado el calendario de la temporada, comienzo a estudiarlo, para ver cuál es el que mejor se adecúa a mí, en base a: fechas, presupuesto, días libres del trabajo etc… finalmente decido que el más apropiado es el Gran Premio de Francia, que se celebraría en el mítico circuito de Le Mans.
En principio iba a ir solo, pero a última hora se apuntó mi hermano pequeño (Fernando), por lo que nos fuimos los dos a tierras galas.
En este viaje, como podréis ir observando, no hay nada de turismo. Es exclusivamente 72 horas de motos. Así que, no espereis nada de turismo en esta ocasión.
El 18 de mayo aterrizamos en el aeropuerto de Charles de Gaulle, (París) procedente de Las Palmas, previa escala en Madrid. Recién aterrizamos y una vez recogido el exiguo equipaje que llevabamos, vamos a recoger el coche que previamente habíamos alquilado a la empresa Hertz (era el más económico). Teníamos por delante 237 km hasta llegar al circuito.
A pesar de ser viernes a mediodía, la salida de la capital francesa fue más sencilla de lo esperado, y enseguida estabamos en la A-10, que nos llevaría (A-11) directo hasta Le Mans.
Como es costumbre en mis viajes a los Grandes Premios, hicimos una parada en una gasolinera, no únicamente para comprar el almuerzo de ese día , sino para hacer la compra para todo el fin de semana.
Sobre las seis de la tarde llegamos al circuito, y nos dirigimos directamente a la recepción para recoger las entradas que previamente habíamos reservado (web circuito). Ya aquí empezamos a palpar el ambiente, y a contemplar, con expectación, cómo llegaban grupos de moteros desde diferentes rincones de Europa.
Gracias a la experiencia que habíamos adquirido en el Gran Premio de Inglaterra, durante el cual nos quedamos en el camping del circuito, descubrí que utilizar esos espacios era la mejor opción en los Grandes Premios de Europa, por lo que nos dirigimos directamente al camping del circuito. Lo bueno era, que podíamos introducir el coche dentro de las instalaciones del recinto deportivo, (en Mugello sin embargo no se puede), por lo que empezamos a buscar un hueco que estuviese bien ubicado. Encontramos un espacio entre unos suizos y unos alemanes, pero no era suficiente, así que, sin nosotros mediar palabra, enseguida nos hicieron hueco, siendo ésto un ejemplo del gran ambiente que se vive en este deporte.
Una vez montada la tienda de campaña, colocada la comida, la ropa etc., y ya anocheciendo, nos fuimos a dar una vuelta para ir palpando el ambiente.
La primera impresión que nos llevamos, fue que la zona en la que acampamos estaba llena y que seguía llegando gente, por lo que preguntabamos dónde se meterían, no solamente los que ya estabamos ahí, sino los que llegarían mañana. Ciertamente, no sé cómo lo hicieron, pero allí estabamos todos.
La primera impresión que nos llevamos, fue que la zona en la que acampamos estaba llena y que seguía llegando gente, por lo que preguntabamos dónde se meterían, no solamente los que ya estabamos ahí, sino los que llegarían mañana. Ciertamente, no sé cómo lo hicieron, pero allí estabamos todos.
Cogimos nuestras linternas y nos pusimos a observar cómo algunos moteros “quieren” a sus motos. Si ya en Jerez me había sorprendido de cómo los moteros "destrozan” sus monturas, lo que ví en Le Mans no lo había visto jamás.
Como era la primera noche y llevamos la paliza del viaje encima, decidimos acostarnos sobre las 12. No recuerdo a qué hora pudimos conciliar el sueño, a causa del escándalo de la gente, pero como mínimo sería a las 4 de la mañana.
El sábado por la mañana, después de desayunar, nos pusimos en marcha y nos dirigimos a nuestra grada (Tribune Carrefour) para ver los primeros entrenamientos libres del día.
Una vez finalizaron los tres entrenamientos libres de las tres categorías, nos dimos una vuelta por el circuito para reconocerlo, el cual, al tener una topografía llana no tiene mucha dificultad.
Paramos en una carpa en la zona de “bares” para tomarnos unas cañitas y almorzar, para proseguir con nuestro paseo.
Después de estar más de 8 horas viendo los entrenamientos, fuimos a la zona de las tiendas para hacer las respectivas compras, y cómo no, la camiseta del Gran Premio no puede faltar en mi armario.
De camino al camping, vimos una exhibición del acróbata AC Farías que se estaba celebrando en la recta de meta, así que nos quedamos a disfrutarla.
El sábado por la noche es la noche grande en el camping. Si ya el viernes había sido impresionante, ese día, el ambiente que se respiraba y la cantidad de gente de otros países con la que te relacionas es increíble. Todos estabamos allí por una misma afición.
Esa noche sí que no conseguimos dormir absolutamente nada, a pesar de acostarnos sobre las 2 de la madrugada, la gente no paró de hacer ruido durante toda la noche.
A las 7 de la mañana empezamos a recoger las cosas, asearnos, y a meterlo todo en el coche, de modo que pudieramos tenerlo todo listo, para que, en cuanto terminasen las carreras, poder salir hacia Paris.
El domingo en las carreras pudimos ver, en 125cc, la primera victoria de Sergio Gadea en su carrera deportiva, además del primer pódium de la carrera profesional del británico Bradley Smith.
En la categoría de 250 cc vimos la victoria de Jorge Lorenzo, una más de las nueve conseguidas ese mismo año, la que contribuyó a conseguir su segundo título mundial.
En la categoría reina vimos la única victoria que conseguiría en su vida deportiva el australiano Chris Vermeulen, con la Suzuki, ya que posteriormente se retiró. Al contrario que todo el fin de semana, que tuvimos buen tiempo, durante la carrera de Moto GP nos acompañó un poco de lluvia.
Una vez finalizadas las carreras, a las 15:00, nos pusimos en marcha para volver a Paris, exactamente al hotel que habíamos reservado al lado del aeropuerto Charles de Gaulle.
Como es de prever en este tipo de acontecimiento deportivo, tuvimos retenciones en la autopista, por lo que paramos en una gasolinera a comprar agua, llevándonos la sorpresa de encontrarnos allí mismo al joven piloto británico Bradley Smith (125cc) como un usuario más, al que nadie reconocía.
Nos cayó la noche llegando a los alrededores de la capital francesa, y fue entonces cuando descubrí que empezaba a tener falta de vista, ya que no veía con nitidez la señalética de la autopista, por lo que mi hermano tuvo que ir indicándome (los años no perdonan, jejejeje).
Si bien la salida de Paris fue muy sencilla, la llegada al aeropuerto nos costó bastante más, no sé si debido a la mala señalización, o porque arrastrabamos el cansancio de todo el fin de semana, o porque simplemente nos perdimos. Como no encontrabamos el hotel nos acercarnos al aeropuerto, con el fin de que Fernando cogiese un taxi y yo lo siguiera hasta el hotel. Sin embargo, el gabacho de turno se negó a llevarle, alegando que estaba muy cerca y no le era rentable, así que, después de decirle todos los tacos en español que en ese momento recordabamos, nos fuimos, logrando llegar por pura casualidad a nuestra destino.
125cc:
- Sergio Gadea
- Lukas Pesek
- Bradley Smith
250cc:
- Jorge Lorenzo
- Andrea Dovizioso
- Alex de Angelis
MotoGP:
- Chris Vermeulen
- Marco Melandri
- Casey Stoner